Abraza la incertidumbre.
Observa el miedo que late en tu interior al saber que no tienes el control de todas las cosas por venir.
Observa cómo crece el miedo a medida que te niegas a que las cosas se sucedan como no quieres que sucedan.
Observa como luchas por corregir el timón ante el temporal que violenta el barco y te niegas a echar el ancla o a esperar que amaine.
Observa tu desesperación irracional por pretender que tu futuro calce con la imagen que te has hecho de tu futuro.