Hay días para empezar y otros para terminar.
Días en los que terminar lo que un día empezó.
Días para terminar lo que alguna vez fue felicidad.
Días para terminar lo que ni llegó nunca a empezar.
Días para decidir qué caminos seguir.
Días que te sorprenden insolentes con el sombrero mal puesto y la sombra despeinada.
Días en que aceptas que has de terminar aunque quieras continuar.