Gracias por las bendiciones que nos da la vida.
Gracias por encontrar la fuerza para expulsar las maldiciones.
Desde chiquito te enseñaron que es de buena educación dar las gracias.
Y es cierto, hay muchas cosas que te enseñaron de chiquito que eran buenas.
Y hay cosas que has practicado y otras que has desistido de hacerlas por mil razones.
Por ejemplo, porque quien te enseñaba aquello vivía criticando, injuriando y maldiciendo.
Bueno, perdona y sé consciente ahora de que por el ejemplo es como se aprende.
Así que conviértete en ejemplo, primero para ti y luego para tu descendencia y tus hermanos y vecinos y para quien te encuentres en el mercado y al cruzar la calle.