El viaje más largo que puedes hacer transcurre en un instante.
Hay un lugar donde casi hallarás todo.
Casi todo lo que buscas y hasta lo que no esperas encontrar.
Hay ese lugar en el mundo en el que no necesitarás recorrer kilómetros para encontrar casi todas las preguntas.
Hay el lugar en el que comprenderás pronto que muchas preguntas vendrán sin respuestas y dejarás de buscarlas.
Hay el lugar donde las preguntas sin respuestas te llevarán a preguntarte por qué te preguntas lo que preguntas y allí posiblemente halles respuestas.
Hay un lugar en el que tus mayores miedos podrían mostrarse tiernos y miedosos.
Ese lugar en el que las alegrías son tan naturales como las tristezas.
Hay un lugar donde la inmensidad deshace las fronteras y se pierde en la infinitud.
Hay el lugar donde siempre el sol sucederá a cada noche y serás consciente de ello durante la oscuridad.
El lugar en el que las nubes serán bienvenidas y aprovecharás la penumbra sabiendo lo pasajero de cada estado.
Hay ese lugar en el que estarás protegido de tus demonios y de toda agresión externa.
Hay un lugar en el mundo en donde sabrás que hay poco que saber y disfrutarás lo pasajero y lo eterno.
Hay ese lugar, te lo aseguro, lo hay.
Ese lugar en el que las montañas no esconden el valle ni ver el árbol te impide ver el bosque.
Hay ese enorme lugar donde todas las cosas suceden a la vez y no transcurren a borbotones agitadamente.
El lugar de los remansos del alma y el fluir de la consciencia.
Hay un lugar en el mundo, claro que lo hay.
Llegar allí te puede llevar un instante o muchos y duros años.
Sin un buen mapa es posible que no llegues nunca.
Si no apagas el ruido y no enciendes a todo volumen el sonido del silencio, es probable que acabes creyendo que no existe tal lugar.
Deja de soñar con la ilusión de que algún día ese lugar te alcance y emprende la marcha sabiendo que está y que te espera desde hace mucho.
Prepárate para el gran viaje.
No necesitas maletas, no lleves nada, no hace falta nada, ya te darás cuenta de eso y verás que lo tienes todo y que si quieres tus pertenencias actuales también estarán, pero posiblemente notes que no te harán falta la mayoría de ellas.
No necesitas billetes para este viaje, no te harán falta zapatos, no necesitarás vestimenta adecuada, no te hará falta un diccionario ni aprender rituales ni costumbres.
Tampoco necesitarás fijar fecha en el calendario.
No será necesario que esperes a las vacaciones.
Puedes viajar ya.
Ahora mismo.
Sin avisar a nadie.
Sin despedirte de nadie.
No pidas licencia en el trabajo, no te echarán de menos.
No dejes el perro a cuidado de nadie ni riegues las macetas.
No desconectes la corriente ni dejes pagadas todas tus cuentas.
No lleves alimentos ni agua ni seguros de viaje.
Hay un lugar en el mundo donde están todas las cosas.
Emprende ese viaje al lugar más inmenso de todos.
No necesitas pasaporte, no viajas al exterior.
Emprendes un viaje al interior, a tu interior.
Ya ves, ese lugar está en ti.
No has demorado ni un segundo en llegar a destino.
Y ahora que ya estás en el lugar perfecto, te das cuenta que no es un lugar que habita en ti.
No está en ti ese lugar.
Tú eres el lugar.
Leandro Ojeda López
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Crei x instantes q ese lugar era la felicidad pero me equivoque me di cuenta q esa palabra no existe . Quiza existe para ciertas personas no para todos . No todos se merecen ser felices .
Respeto hondamente tu sentir y pensar aunque no comparta. Entiendo la felicidad como un espacio de paz y armonía. No es que sea sencillo obtenerla pero uno puede acercarse mucho cada día un poquito. Y en cuanto a quién se merece y quién no, creo que todos lo merecen, no creerse merecedor es un obstáculo. Lo solemos entender erróneamente, hasta donde llego, siento que tiene más que ver con una coherencia del alma en su misión en esta vida que con la obtención de objetos ya sean físicos, mentales o emocionales. Intento explicar un poco esta visión en este artículo: Tu camino hacia la coherencia, hacia tu felicidad sin aspavientos…
Muchas gracias por tu comentario.