Tienes la libertad de irte, tienes la libertad de quedarte, tienes la libertad de dudar

Tienes la libertad hasta de elegir qué cárcel quieres que quite tu libertad.

Deja de cumplir.

Deja de quedar bien.

Deja de tratar de quedar bien porque en verdad no lo estás haciendo.

Ve hacia un espejo.

Mírate.

¿Estás quedando bien contigo?

Sé sincero.

No podrás quedar bien con todo el mundo.

¿Cuántas veces queriendo quedar bien con todo el mundo te estás quitando a ti de ese mundo?

No, no eres tan especial, eres parte de ese mismo mundo.

Pero también eres tan especial y deberías empezar a considerarte como la persona más importante de tu vida, la principal responsable de tu vida.

Deja de cumplir y deja de cumplir contigo también.

Tómate la libertad de quedar mal hasta contigo.

Queda mal con todas tus exigencias, con tus deberías, con tus podrías, con tus habrías y tus creencias en las que ni crees ya.

Larga todos tus extras al carajo.

Quédate solo con los protagonistas, o con el único protagonista.

Tómate la libertad de no hacer nada o de hacer todo.

Tómate la libertad de hacer lo que sientes auténtico y que sí deberías hacer por coherencia, integridad y realización.

Escucha muy bien a tu corazón para asegurarte de que en realidad es lo que tú quieres.

Y si luego descubres que te has equivocado, no importa, intenta otra vez.

“Tienes la libertad hasta de elegir qué cárcel quieres que quite tu libertad”. Share on X

Tienes esta vida y has de respetarla.

Haz lo que has venido a hacer o lo que sientas que tu alma te impele a hacer desde adentro.

No sigas ahí, muévete, pero muévete de verdad.

Entiende el movimiento. 

El movimiento puede ser la simple vibración continua en el lugar sin hacer absolutamente nada.

Por lo que tienes la libertad de quedarte, de seguir ahí.

Sí, tienes esa libertad también.

Pero también tienes la libertad de moverte en la dirección mejor.

Tienes todo el tiempo que tienes, no lo tires, aprovéchalo.

Tienes la libertad.

Tienes la libertad de irte.

Tienes la libertad de quedarte.

Tienes la libertad de dudar.

Tienes la libertad hasta de elegir qué cárcel quieres que quite tu libertad.

Leandro Ojeda López